

El mes de agosto de 2025 está marcado por un regreso significativo de los «blank sailings», es decir, la cancelación de salidas de buques programados por parte de las navieras. Aunque durante el mes anterior esta situación mostraba estar controlada, durante el recorrido del mes la situación refleja totalmente lo contrario, intensificando la situación en rutas estratégicas

La magnitud del fenómeno en agosto 2025
Según estimaciones recientes, entre la semana 34 (18–24 de agosto) y la semana 38 (15–21 de septiembre), de un total de 724 viajes planificados, 49 ya han sido cancelados. Esto equivale a una tasa de cancelación del 7 %, lo que muestra la relevancia del fenómeno.
La distribución de estas suspensiones por ruta es clara:
- Transpacífico (Este): 47 %
- Asia–Norte de Europa/Mediterráneo: 31 %
- Transatlántico (Oeste): 22 %
Estos números dejan entender que el impacto se extiende a distintos corredores comerciales, afectando las conexiones entre Asia, Europa y América.

¿Por qué están aumentando los blank sailings en agosto?
El repunte de cancelaciones obedece principalmente a tres factores:
Demanda por debajo de lo esperado
Muchas reservas no alcanzaron los niveles previstos, lo que empuja a las navieras a ajustar su capacidad retirando viajes para evitar buques semi vacíos.
Congestión en puertos estratégicos
Terminales del norte de Europa como Rotterdam, Hamburgo, Bremerhaven, Amberes y Le Havre siguen experimentando acumulación de cargas. Esta saturación complica la programación de buques y obliga a suspender escalas.
Control de tarifas por parte de las navieras
Aunque algunas compañías han desplegado más barcos, los blank sailings siguen siendo una herramienta para mantener el equilibrio entre oferta y demanda, y así evitar que las tarifas caigan de forma brusca.
Consecuencias para la cadena logística
El aumento de estas cancelaciones causa efectos tanto inmediatos como a mediano plazoLa disminución de las opciones tanto para exportadores como importadores genera una competencia activa con el objetivo de asegurar espacios, generando sobrecostos logísticos, además el efecto embudo en los puertos causa acumulación de carga en el origen, desembocando así en congestión portuaria e incrementando el riesgo por retrasos en la llegada de mercancías que afecta mayormente a sectores como el retail, los electrónicos y los alimentos perecederos y que generan pérdidas directas. Debido a esto se intensifica la incertidumbre en la planificación de los flujos logísticos ya que las cancelaciones suelen anunciarse con poca anticipación.

Recomendaciones para los actores del comercio exterior
Primero, sería recomendable anticipar las reservas de espacio. No conviene dejar para última hora el agendamiento de contenedores, ya que la disponibilidad puede ser limitada. Lo ideal sería programar los embarques con varias semanas de antelación, asegurando cupo y evitando sobrecostos de último minuto.
Segundo, es clave diversificar rutas y navieras. Confiar en un único servicio marítimo aumenta el riesgo de sufrir retrasos en caso de cancelaciones. Lo ideal sería contar siempre con más de una alternativa de línea o ruta, de modo que si un itinerario se cancela, la carga pueda redirigirse sin afectar el tiempo de entrega.
Tercero, mantener un contacto directo con los agentes logísticos. Ellos tienen acceso a información actualizada sobre cancelaciones y espacios disponibles. Lo ideal sería apoyarse en un agente de confianza que brinde alertas tempranas y pueda gestionar soluciones rápidas ante cualquier imprevisto.
Cuarto, es recomendable monitorear fuentes de referencia confiables que permitan anticipar las semanas más complicadas. Lo ideal sería estar atento a estos reportes para tomar decisiones preventivas y reforzar la planificación logística.
Conclusión
El aumento de los blank sailings en agosto 2025 confirma que esta práctica sigue siendo una herramienta utilizada por las navieras para adaptarse a la volatilidad del mercado.
Aunque permite equilibrar la oferta y la demanda, representa un reto significativo para exportadores, importadores y operadores logísticos, quienes se ven obligados a replantear continuamente sus planes.
En un escenario donde los blank sailings seguirán siendo parte de la estrategia de las navieras, la diferencia entre sufrir pérdidas o mantener la competitividad está en la capacidad de anticiparse y diversificar la planificación logística.